Wanna share something?| Asia's Relas

A pesar de ser el más chico de la familia, nunca fue malcriado o consentido. Sin embargo sus hermanos afirman que siempre recibía más regalos en Navidad, de lo que Otis todavía se burla. Siempre le gustó jugar con sus hermanos y sobretodo porque son mayores. Si le preguntas ahora, con dieciocho años, si jugaría un maratón de PlayStation con ellos no lo negaría ni por muerto. Siempre se mantuvo aniñado e infantil, pero sobretodo juguetón. Sabe perder, lo admite, pero es muy mal ganador. Ya sea un juego de cartas o una carrera hasta la esquina, Otis presumirá todo el día que te ha vencido y se irá con una sonrisa a dormir.

Es una persona muy optimista, siempre busca lo positivo de la situación. Nada del estilo hippie, ni de 'amor y paz' ni nada de eso; él intenta solucionar todo con una sonrisa. ¿Te quebraste el brazo? Mira el lado bueno, no tienes que escribir para la escuela. Tiene un sentido del humor muy especial y que de vez en cuando sólo él entiende. Muchas veces se ríe de cosas sin sentido, como la forma en la que alguien lo ha saludado, o se acuerda de algún chiste y carcajea en pleno silencio mortal. Cuando cuenta historias que para él son graciosas y sus amigos ni siquiera sonríen, tiende a mirarlos (entre lágrimas y risotadas) y preguntarles por qué no ríen.

¿Escuchaste hablar de esas baterías que duran ocho veces más? Esas usa Otis. Las tiene en la espalda: la energía del chico no se acaba y llega a ser insoportable. Claro que luego de andar de acá para allá corriendo y caminar todo el día, cuando llega la hora de dormir se acuesta y se convierte en tronco: no se mueve, no habla, no sueña, no nada.

No es tímido, pero sí muy vergonzoso. Se animaría si se lo pidieses a hablar con la chica del frente, pero se arrepentiría por el resto de su vida. En parte la vergüenza se debe a que es muy torpe. Algunas veces cuando camina tropieza con sus propios pasos y siempre se le están cayendo las cosas de las manos. Olvidadizo y despistado como él solo: no recuerda si dejó las llaves aquí o allí, y más de una vez se ha perdido entre calles.

El joven cree y afirma tener tanta fortuna como un pavo en Navidad. No es supersticioso ni nada por el estilo (sus amigos solían decirle que si derramaba sal o pasaba bajo las escaleras tendría mala suerte), pero todos los días le sucede algo que le recuerda lo desafortunado que es.

Sin embargo, Otis tiene una gran cualidad que le gana a todos sus defectos, y es que siempre pone tu felicidad antes que la de él. Ver feliz a la gente le hace feliz a él mismo. No lo pensaría dos veces antes de andar haciendo payasadas para levantarte el ánimo, hablar si tienes algún problema o incluso recurrir al famoso 'monstruo de las cosquillas', que su madre usaba cuando era pequeño.

Su estación favorita del año es el invierno: es el fanático número uno de la lluvia y de la nieve. Le fascina el hecho de abrigarse y andar como una pelota de ropa andante por las calles. Su abuela solía tejer suéteres para él y sus hermanos con sus respectivas iniciales que generalmente usaban para dormir.