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En Holywell City, ubicada en el condado de Berkshire en Inglaterra, el cese de las frescas brisas y nevadas anuncia que el invierno ya está terminando. La primavera trae consigo un pequeño aumento de temperatura y el aumento de las lluvias.
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i'm sorry. i'm so so sorry — charlotte
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i'm sorry. i'm so so sorry — charlotte
Había sido un día largo en la escuela. Los niños habían estado algo difíciles aquel día, aunque puede que su paciencia se hubiera visto notablemente disminuida por la falta de sueño la noche anterior. Robert había vuelto a casa de madrugada y borracho, como de costumbre, por lo que ella apenas había podido pegar ojo. No lo había hecho antes de que él llegara y poco lo hizo mientras él roncaba a su lado. Al terminar las clases había tenido que enfrentarse a una reunión de padres y eran casi las siete de la tarde cuando salía de trabajar. Exhausta, pero con pocas ganas de ir a casa, dejó que sus pasos la llevaran a Jenkins’. Podría relajarse tomando un café antes de volver a la realidad que la esperaba en su hogar.
Se acercó a la barra y pidió un café con leche, nada demasiado especial. Estaba dispuesta a buscar un lugar confortable y sentarse a disfrutar de la cálida bebida. Sí, eso iba a hacer. Mientras la camarera preparaba su pedido Olivia dispuso del tiempo suficiente para arrepentirse de su decisión. —Por favor, mejor póngame el café para llevar. –pidió, esbozando una sonrisa de disculpa. Estaba siendo egoísta. No podía sentarse a descansar mientras Robb estaba en casa, aunque ni siquiera sabía si él estaría allí. La joven camarera asintió con la cabeza y pronto dejó frente a ella el vaso con tapa de plástico en el que había puesto su bebida. Olivia buscó el dinero en su cartera y se aseguró de dejar una buena propina, por las molestias.
Puede que se diera la vuelta demasiado rápido. Puede que debiera haber mirado. Puede que hubiera sido mejor idea guardar las cosas en su bolso antes de comenzar a caminar. Sí, podía haber hecho cualquier otra cosa para no terminar chocando con ella. El vaso escapó de su mano derecha y manchó levemente su abrigo. —¡Oh, Dios santo! –exclamó al instante. Ni siquiera se paró a mirar si el café había caído sobre su ropa. Sus consternados ojos castaños se fijaron en la vestimenta de la rubia con la que acababa de colisionar, casi rezando porque estuviera limpia. —Lo siento muchísimo. –se disculpó con cierta torpeza-. Dime que no te he manchado. –pidió. Suplicó. No estaba siendo un buen día y aquello podía hacer que todo empeorase. Continuó disculpándose en voz baja antes de agacharse para recoger el vaso del suelo, observando la mancha de café a sus pies. Debería haberse ido a casa. Debería haberse ido a casa nada más salir de trabajar. Echó hacia atrás su larga melena oscura en un claro gesto de frustración y, por primera vez desde el choque, se atrevió a mirar, directamente a los ojos, a la pobre chica a la que acababa de arrollar. —No miraba por dónde iba y… Lo siento mucho, de verdad.
Se acercó a la barra y pidió un café con leche, nada demasiado especial. Estaba dispuesta a buscar un lugar confortable y sentarse a disfrutar de la cálida bebida. Sí, eso iba a hacer. Mientras la camarera preparaba su pedido Olivia dispuso del tiempo suficiente para arrepentirse de su decisión. —Por favor, mejor póngame el café para llevar. –pidió, esbozando una sonrisa de disculpa. Estaba siendo egoísta. No podía sentarse a descansar mientras Robb estaba en casa, aunque ni siquiera sabía si él estaría allí. La joven camarera asintió con la cabeza y pronto dejó frente a ella el vaso con tapa de plástico en el que había puesto su bebida. Olivia buscó el dinero en su cartera y se aseguró de dejar una buena propina, por las molestias.
Puede que se diera la vuelta demasiado rápido. Puede que debiera haber mirado. Puede que hubiera sido mejor idea guardar las cosas en su bolso antes de comenzar a caminar. Sí, podía haber hecho cualquier otra cosa para no terminar chocando con ella. El vaso escapó de su mano derecha y manchó levemente su abrigo. —¡Oh, Dios santo! –exclamó al instante. Ni siquiera se paró a mirar si el café había caído sobre su ropa. Sus consternados ojos castaños se fijaron en la vestimenta de la rubia con la que acababa de colisionar, casi rezando porque estuviera limpia. —Lo siento muchísimo. –se disculpó con cierta torpeza-. Dime que no te he manchado. –pidió. Suplicó. No estaba siendo un buen día y aquello podía hacer que todo empeorase. Continuó disculpándose en voz baja antes de agacharse para recoger el vaso del suelo, observando la mancha de café a sus pies. Debería haberse ido a casa. Debería haberse ido a casa nada más salir de trabajar. Echó hacia atrás su larga melena oscura en un claro gesto de frustración y, por primera vez desde el choque, se atrevió a mirar, directamente a los ojos, a la pobre chica a la que acababa de arrollar. —No miraba por dónde iba y… Lo siento mucho, de verdad.
Olivia F. Crawford- Descendiente de Ciudadanos.
Re: i'm sorry. i'm so so sorry — charlotte
Por primera vez Maurice había llegado a la casa para comer con su esposa, después de aquella escena en el restaurante donde habían ido a cenar comenzaba a darle un poco de tiempo más con Charlotte, la verdad era que era lo menos que él podía haber hecho después de todo lo que ha hecho con el sufrimiento de Charlie durante estos meses de casados. Apenas estuvo solo en casa de nuevo, algo ya no tan raro desde su estadía en Holywell. Simplemente tomo su bolsa y su abrigo color crema para salir de inmediato de su casa e ir por un dulce chocolate caliente a Jenkins’ lo había probado apenas vio una cafetería en el lugar y nada mejor que un caliente chocolate.
Recordó que debía de encontrar algo para entretenerse por las tardes en el lugar y era algo que le irritaba no encontrar nada que le gustara, quizá terminara viajando a Londres a ver su tienda y de paso las demás que tiene por Europa, unas pocas pero no importaba. Mientras pudiera entretenerse con un poco de lo que taiga todo estaría perfecto, aunque aún le faltaba un poco para la nueva temporada y aún no pensaba en nada creativo como siempre.
Apenas llego por la avenida y estaba por abrir la puerta cuando siente un líquido caliente sobre su abrigo, la verdad era que no era tan grueso como para no sentir el café sobre ella pero al escuchar la voz de la chica que lo había hecho sin haberlo deseado no pudo ni siquiera reclamar algo que ella no hace, a menos que este enojada pero no podía hacer eso. -No es nada, no tienes por qué preocuparte, es algo que se puede quitar.- comentó al instante sonriendo un poco, la chica estaba por darse un tiro con cualquier cosa que pudiera darle un poco de dolor para sentirse bien. -Tranquila, no pasa nada.- dijo tomándola por los hombros para luego mirar como algunos ojos miraban la escena. Rodó los ojos al ver que en verdad no paraban de verlas y la chica parecía mas que agotada y que apenas recordaba que día era. -Déjame comprarte otro café ¿si? Pareces necesitarlo.- le dijo mientras la tomaba del brazo con cuidado y caminaba con ella hacía la barra para pedir.
Recordó que debía de encontrar algo para entretenerse por las tardes en el lugar y era algo que le irritaba no encontrar nada que le gustara, quizá terminara viajando a Londres a ver su tienda y de paso las demás que tiene por Europa, unas pocas pero no importaba. Mientras pudiera entretenerse con un poco de lo que taiga todo estaría perfecto, aunque aún le faltaba un poco para la nueva temporada y aún no pensaba en nada creativo como siempre.
Apenas llego por la avenida y estaba por abrir la puerta cuando siente un líquido caliente sobre su abrigo, la verdad era que no era tan grueso como para no sentir el café sobre ella pero al escuchar la voz de la chica que lo había hecho sin haberlo deseado no pudo ni siquiera reclamar algo que ella no hace, a menos que este enojada pero no podía hacer eso. -No es nada, no tienes por qué preocuparte, es algo que se puede quitar.- comentó al instante sonriendo un poco, la chica estaba por darse un tiro con cualquier cosa que pudiera darle un poco de dolor para sentirse bien. -Tranquila, no pasa nada.- dijo tomándola por los hombros para luego mirar como algunos ojos miraban la escena. Rodó los ojos al ver que en verdad no paraban de verlas y la chica parecía mas que agotada y que apenas recordaba que día era. -Déjame comprarte otro café ¿si? Pareces necesitarlo.- le dijo mientras la tomaba del brazo con cuidado y caminaba con ella hacía la barra para pedir.
Charlotte Trymell- Descendiente de Extranjeros.
Re: i'm sorry. i'm so so sorry — charlotte
Los consternados ojos castaños de Olivia no podían dejar de mirar la mancha de café sobre el bonito abrigo de la chica con la que acababa de chocar de manera accidental. ¿Por qué no se había manchado ella? Su abrigo oscuro no era ni la mitad de elegante –ni, seguramente, la mitad de caro- que el de la rubia. Las mejillas de la joven maestra se habían teñido de rojo debido a la vergüenza de haber colisionado con ella. —De verdad, lo lamento mucho. –volvió a repetir, aunque la rubia le había quitado importancia a todo aquello-. Te pagaré la tintorería, de verdad. Lo siento tanto… -dijo, azorada. La desconocida aseguró, de nuevo, que no debía preocuparse por lo sucedido, pero ella no podía evitarlo. Por lo menos, para su fortuna, parecía completamente sincera. Olivia agradeció en silencio no haber ido a chocar con alguien mucho más desagradable. —No es necesario que… -comenzó a decir, pero la muchacha ya la había guiado al interior del local y las dos juntas se habían detenido frente a la barra.
No tardaron demasiado en volver a tener sus cafés y, aunque Olivia había pedido el primero para llevar, pensó que sería un horrible detalle marcharse de allí. La rubia había tenido la amabilidad de invitarla, a pesar de que ella no podía pensar en otra cosa que no fuera su abrigo arruinado, por lo que la siguió a una de las mesas. La morena se quitó su abrigo y lo dejó, junto con su bolso, en el respaldo de una de las sillas. Había dejado la taza de café sobre la mesa. —Muchas gracias, pero no hacía falta. –suspiró la cansada maestra-. Soy Olivia, por cierto. –se presentó, tendiéndole la mano, recordando que no lo había hecho. ¡Debía pensar que era estúpida! Había tenido un día realmente horrible y estaba agotada-. Creerás que soy una maleducada. –se mordió el labio inferior, avergonzada.
No tardaron demasiado en volver a tener sus cafés y, aunque Olivia había pedido el primero para llevar, pensó que sería un horrible detalle marcharse de allí. La rubia había tenido la amabilidad de invitarla, a pesar de que ella no podía pensar en otra cosa que no fuera su abrigo arruinado, por lo que la siguió a una de las mesas. La morena se quitó su abrigo y lo dejó, junto con su bolso, en el respaldo de una de las sillas. Había dejado la taza de café sobre la mesa. —Muchas gracias, pero no hacía falta. –suspiró la cansada maestra-. Soy Olivia, por cierto. –se presentó, tendiéndole la mano, recordando que no lo había hecho. ¡Debía pensar que era estúpida! Había tenido un día realmente horrible y estaba agotada-. Creerás que soy una maleducada. –se mordió el labio inferior, avergonzada.
Olivia F. Crawford- Descendiente de Ciudadanos.
Re: i'm sorry. i'm so so sorry — charlotte
Había hecho caso omiso a lo que la castaña le decía sobre el accidente, la verdad era que fue un accidente y nada malo tenía que pasar. Sin decir mucho Charlotte pidió su merecido chocolate caliente y espero a que la chica que aun no sabía su nombre y que ella mucho menos se había presentado. La curiosidad le mataba, ignorando el hecho que su nuevo abrigo había sido manchado por café pero no iba a decir que era nuevo y menos viendo que la chica de cabellos castaños andaba cansada y quizá hasta estresada. -Enserio, no es molestia. Pareces necesitar algo de cafeína y bueno haberte invitado no me cuesta nada, así voy conociendo un poco mas a las personas de Holywell.- Comentó sincera la verdad y la única verdad era que quería conocer a las personas y que era su meta desde que estaba en el avión rubo aquí.
-Un gusto, Olivia. Yo soy Charlotte.- Dijo regalandole una sonrisa mientras se quitaba el abrigo y lo dejaba atrás de ella para sentarse de inmediato. Negó riendo un poco ante lo que comentó la castaña, absolutamente era mentira que Charlotte ahora pensara en la educación, quizá se preocupaba de que la chica no supiera ni en que día estaban, parecía andar perdida en sus pensamientos que si fuera el caso de Charlotte hubiera hasta caído encima de alguna personas. -No, no para nada. A cualquiera nos pasa, no debes porque atormentarte, querida.- quiso relajarla un poco esperando a que funcionara por lo menos. Le dio un sorbo a su chocolate para luego mirarla haciendo una mueca en forma de sonrisa. -¿Esta todo bien? Porque siento que andas un poco preocupada, que se yo.- le comentó tranquila, no era metiche ni una chismosa pero a veces lograba preocuparse por los demás
-Un gusto, Olivia. Yo soy Charlotte.- Dijo regalandole una sonrisa mientras se quitaba el abrigo y lo dejaba atrás de ella para sentarse de inmediato. Negó riendo un poco ante lo que comentó la castaña, absolutamente era mentira que Charlotte ahora pensara en la educación, quizá se preocupaba de que la chica no supiera ni en que día estaban, parecía andar perdida en sus pensamientos que si fuera el caso de Charlotte hubiera hasta caído encima de alguna personas. -No, no para nada. A cualquiera nos pasa, no debes porque atormentarte, querida.- quiso relajarla un poco esperando a que funcionara por lo menos. Le dio un sorbo a su chocolate para luego mirarla haciendo una mueca en forma de sonrisa. -¿Esta todo bien? Porque siento que andas un poco preocupada, que se yo.- le comentó tranquila, no era metiche ni una chismosa pero a veces lograba preocuparse por los demás
Charlotte Trymell- Descendiente de Extranjeros.
Re: i'm sorry. i'm so so sorry — charlotte
Olivia siempre había tenido claras las prioridades en su vida y ella siempre había ocupado el último lugar. La castaña apenas tenía un segundo de tiempo para dedicarse a sí misma. Trabajaba en la escuela y, aunque normalmente salía cerca de las cinco de la tarde, también había jornadas en las que las reuniones se alargaban casi hasta eternizarse. Cuando no era el trabajo, era su madre la que le pedía ayuda con su hermana menor o con cualquier cosa de la casa y, además, estaba Robert. Era su prometido el que le robaba el sueño por las noches y el que ocupaba cada uno de sus pensamientos. Liv se sacrificaba por todos, pero eso no quería decir que ella no sufriera. Había perdido a su hermano mayor y, de paso, también a su prometido. Robb no era el mismo chico que le había pedido matrimonio poco antes de marchar en aquella misión que había terminado con la vida de Patrick. Olivia no sabía en qué terminaría todo aquello. Comenzaba a pensar que sus fuerzas estaban a punto de agotarse y vivía con el miedo de no ser capaz de levantarse de la cama el día menos pensado. —Lo cierto es que necesito este café como respirar. –terminó por confesar, esbozando una ligera sonrisa.
Olivia se sentó a la mesa y la rubia se sentó frente a ella. Así que era nueva en Holywell, por eso no la reconocía. Liv había crecido en el pueblo y el único tiempo que había pasado fuera había sido para estudiar en la universidad, aunque había escogido una realmente cercana para poder pasar todo el tiempo que pudiera en su casa, rodeada de su familia y amigos. —Encantada, Charlotte. Espero que te esté gustando nuestra pequeña ciudad. –deseó. La castaña podía estar exhausta, pero eso no significaba que fuera a perder sus modales. Charlotte no tardó en preguntar por su estado. La verdad era que resultaba agradable charlar con alguien que no tuviera conocimiento de sus problemas. Holywell era un lugar pequeño y eran muchos los que sabían la historia de la joven maestra y su familia. —He tenido un día algo duro, es todo. –explicó sin ser especialmente concreta. Tomó un pequeño sorbo de café, sintiendo como la calidez del líquido la reconfortaba ligeramente-. Tampoco quiero aburrirte con mis problemas. Bastante he hecho ya arruinando tu abrigo. –sonrió suavemente. Olivia siempre estaba ahí para todo el mundo, pero tenía ciertos problemas cuando era ella la que necesitaba ayuda aunque, como en aquel momento, lo único que necesitara fuera hablar y desahogarse.
Olivia se sentó a la mesa y la rubia se sentó frente a ella. Así que era nueva en Holywell, por eso no la reconocía. Liv había crecido en el pueblo y el único tiempo que había pasado fuera había sido para estudiar en la universidad, aunque había escogido una realmente cercana para poder pasar todo el tiempo que pudiera en su casa, rodeada de su familia y amigos. —Encantada, Charlotte. Espero que te esté gustando nuestra pequeña ciudad. –deseó. La castaña podía estar exhausta, pero eso no significaba que fuera a perder sus modales. Charlotte no tardó en preguntar por su estado. La verdad era que resultaba agradable charlar con alguien que no tuviera conocimiento de sus problemas. Holywell era un lugar pequeño y eran muchos los que sabían la historia de la joven maestra y su familia. —He tenido un día algo duro, es todo. –explicó sin ser especialmente concreta. Tomó un pequeño sorbo de café, sintiendo como la calidez del líquido la reconfortaba ligeramente-. Tampoco quiero aburrirte con mis problemas. Bastante he hecho ya arruinando tu abrigo. –sonrió suavemente. Olivia siempre estaba ahí para todo el mundo, pero tenía ciertos problemas cuando era ella la que necesitaba ayuda aunque, como en aquel momento, lo único que necesitara fuera hablar y desahogarse.
Olivia F. Crawford- Descendiente de Ciudadanos.
Re: i'm sorry. i'm so so sorry — charlotte
No era muy normal que la rubia se preocupara mucho por los demás pero desde que había pisado Holywell comenzó a hacer una persona mas con la mente abierta y sabiendo que no solo ella podía sentir de todo. Desde su estadía en el pueblo la vida de Charlotte daba giros que ella comenzaba a detestar, la verdad que no sabía muy bien el motivo de muchas cosas que a su ahora esposo hace. Su vida ha sido aburrida desde que desempaco sus cosas en aquella casa que tiene a su nombre y cuya casa ha comenzado a gustarle pero no hay algo que la mantenga con la sonrisa pegada en el rostro como en Los Ángeles que siempre andaba trabajando y haciendo de todo. -A veces el café ayuda mucho, lo digo por propia experiencia.- comentó recordando las épocas que solía beber demasiada cafeína para mantenerse despierta cuando diseñaba.
Gustando era una palabra algo comprometedora para Charlotte, se le conocía por su sinceridad y la manera en la que a veces solía decir las cosas. Le dio un sorbo a su chocolate para luego mirar a la chica. -Digamos que me intento adaptar a este cambio.- respondió sonriendo al haber dicho las palabras correctas, aún le faltaba demasiado, no puede negar que ha conocido gente que le llego a tomar cariño rápidamente pero eso no es todo lo que se necesita para gustarle el lugar. Volvió a dar un gran sorbo para luego prestarle atención a la castaña que tenía frente suyo. Asintió al escucharla, cualquiera puede tener un día duro, pero Charlotte tenía días pesados. -Bueno.- respondió quizá era reservada aunque Charlie no andaba forzando a contarle lo que le haya pasado, solo era educada para ver si podía ayudar en algo y si así fuera lo haría con gusto.
-Mi abrigo no es nada, no tienes de que preocuparte. Pero si hay algo que necesites puedes contar conmigo. Se de esos días duros que solo ves por los demás pero hay veces donde necesitan por lo menos 10 minutos para respirar sola.- comentó eso le pasaba cuando tenía a su mama encima suyo y el afán de presionarla a que saliera con Maurice aquella primera cita. -Pero bueno, no es pecado darte un poco de tiempo para ti misma y mandar al demonio a los demás. Solo es pensar en ti, Olivia.- le dijo mientras bebía de su chocolate y la miraba por encima del rabillo.
Gustando era una palabra algo comprometedora para Charlotte, se le conocía por su sinceridad y la manera en la que a veces solía decir las cosas. Le dio un sorbo a su chocolate para luego mirar a la chica. -Digamos que me intento adaptar a este cambio.- respondió sonriendo al haber dicho las palabras correctas, aún le faltaba demasiado, no puede negar que ha conocido gente que le llego a tomar cariño rápidamente pero eso no es todo lo que se necesita para gustarle el lugar. Volvió a dar un gran sorbo para luego prestarle atención a la castaña que tenía frente suyo. Asintió al escucharla, cualquiera puede tener un día duro, pero Charlotte tenía días pesados. -Bueno.- respondió quizá era reservada aunque Charlie no andaba forzando a contarle lo que le haya pasado, solo era educada para ver si podía ayudar en algo y si así fuera lo haría con gusto.
-Mi abrigo no es nada, no tienes de que preocuparte. Pero si hay algo que necesites puedes contar conmigo. Se de esos días duros que solo ves por los demás pero hay veces donde necesitan por lo menos 10 minutos para respirar sola.- comentó eso le pasaba cuando tenía a su mama encima suyo y el afán de presionarla a que saliera con Maurice aquella primera cita. -Pero bueno, no es pecado darte un poco de tiempo para ti misma y mandar al demonio a los demás. Solo es pensar en ti, Olivia.- le dijo mientras bebía de su chocolate y la miraba por encima del rabillo.
Charlotte Trymell- Descendiente de Extranjeros.
Re: i'm sorry. i'm so so sorry — charlotte
Para Olivia, que alguien estuviera pendiente de ella era todo un cambio. Desde muy pequeña había adoptado aquel papel de defensora y protectora de todos, cargándose con un peso que no le correspondía a ella. Si su hermana Elizabeth llegaba a casa más tarde de la cuenta, era ella la encargada de reprenderla aunque ya no vivieran bajo el mismo techo. Liv cuidaba de todo y de todos y hacía mucho que nadie parecía preocuparse por ella o por su bienestar. Cuando se cruzaba con algún conocido de la familia por el pueblo, la mayor parte de ellos se encargaban de preguntar por cómo estaban sus padres o su hermana tras la muerte de Patrick. Pocos, muy pocos, se interesaban por cómo le había afectado a ella el fallecimiento de su hermano mayor. Puede que la culpa la tuviese esa sonrisa permanente que se dibujaba en sus labios casi de manera instintiva todas las mañanas cuando se levantaba de la cama. Que aquella extraña se preocupara por su estado podía llegar a afectar a Olivia mucho más de lo que cualquiera pudiese imaginar. —Seguro que terminas acostumbrándote. Holywell es un lugar agradable, ya verás. –aseguró, dedicándole una pequeña y amable sonrisa. —¿Dónde vivías antes? –preguntó, creyendo que vendría de una gran ciudad. Por su aspecto se podía decir que su trabajo era mucho más interesante que el suyo, eso estaba claro. Olivia estaba contenta con su trabajo de maestra, por supuesto, pero no era un empleo demasiado glamuroso.
Que la joven rubia no hiciera otra cosa que quitarle importancia a la mancha sobre su abrigo tranquilizó a Olivia. Lo cierto era que la morena no necesitaba una preocupación más en su vida. Sonrió cuando Charlotte le hizo ver que no era malo querer dedicarse algo de tiempo a sí misma. —Lo sé, sé que es lo normal, pero hay muchas cosas que tengo que hacer y… No tengo demasiado tiempo para nada más. –confesó, aunque sin dar mayores explicaciones sobre cuáles eran sus preocupaciones. No quería molestar a nadie con sus problemas y mucho menos a alguien a quien acababa de conocer. —Eres muy amable por ofrecer tu ayuda. –agradeció. Lo cierto era que a Olivia podría venirle realmente bien una nueva amiga. Alguien con quien salir a tomar café o a dar un paseo. Alguien que la sacara de casa cuando ella se quedara tumbada en el sofá sin hacer nada más que esperar a que Robert regresara a casa.
Que la joven rubia no hiciera otra cosa que quitarle importancia a la mancha sobre su abrigo tranquilizó a Olivia. Lo cierto era que la morena no necesitaba una preocupación más en su vida. Sonrió cuando Charlotte le hizo ver que no era malo querer dedicarse algo de tiempo a sí misma. —Lo sé, sé que es lo normal, pero hay muchas cosas que tengo que hacer y… No tengo demasiado tiempo para nada más. –confesó, aunque sin dar mayores explicaciones sobre cuáles eran sus preocupaciones. No quería molestar a nadie con sus problemas y mucho menos a alguien a quien acababa de conocer. —Eres muy amable por ofrecer tu ayuda. –agradeció. Lo cierto era que a Olivia podría venirle realmente bien una nueva amiga. Alguien con quien salir a tomar café o a dar un paseo. Alguien que la sacara de casa cuando ella se quedara tumbada en el sofá sin hacer nada más que esperar a que Robert regresara a casa.
Olivia F. Crawford- Descendiente de Ciudadanos.
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