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En Holywell City, ubicada en el condado de Berkshire en Inglaterra, el cese de las frescas brisas y nevadas anuncia que el invierno ya está terminando. La primavera trae consigo un pequeño aumento de temperatura y el aumento de las lluvias.
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¿Que hora es? ¡La hora de las compras! | Charlie.
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¿Que hora es? ¡La hora de las compras! | Charlie.
Viernes, 17:00, Pure Imagination, Hermanota Mayor alías Charlie.
Cansada como el demonio, eso si que era una buena forma de perder peso, las dos últimas horas habían sido un poco agotadoras, andar de arriba a abajo solamente para que a la chica del cabello arcoiris la rechazaran en todas partes, hacía más de dos años que buscaba un trabajo y le era completamente imposible, se quedó pensando durante unos segundos sobre sus cosas y el montón de libros que tendría que leer al llegar a casa, era como un poco su método de salvación y de dejar de pensar en muchas cosas. Con su bolso al hombro y con una poco de suerte guardó todo y miró su reloj de muñeca, faltaba más de una hora para verse con Charlie, la rubia diseñadora y que por algún motivo en especial aquella chica y ella se hicieron amigas, a Annabelle le encanta su compañía hace que sus días sean menos deprimentes y con un montón de alegrías y colores. Se acercó con cuidado a una de las tiendas cercanas a la donde tanto ella como Charlie habían quedado para encontrarse en la única tienda del pueblo, le gustaba el lugar, pero Italia era Italia y quería volver cuando fuera, sola o acompañada, le era indiferente, con tal de volver. Su mirada hoy verde fosforito se acercaba a la tienda de animales, siempre había algo con lo que entretenerse antes de encontrarse, un par de gatos arañaban el cristal al posar el dedo la chica arcoiris. Le recordaban a su gata cuando era un bebé, igual de mona y de tierna.
Adelantó unos pasos ante la tienda y luego agarrando su bolso se tomó una piruleta, regalo de una tienda por el cumpleaños de su padre, el no la quería, quedó adjudicada para ella. Una vuelta por la calle, después otra y al final se quedó pensando en el medio y medio para pensar durante un rato sobre sus cosas y como poder vivir con ellas. Un pensamiento, otro y otro, tal vez no era tan duro estar aquí, seguro que la chica arcoiris exageraba las cosas un montón y hacía sufrir a su padre más de la cuenta. Suspiró y en un momento y cuando quiso darse cuenta ya se acercaba la hora de ir hacia el sitio en cuestión, ando tres pasos despacio y con ganas de ver a su amiga, a lo lejos la vio —Que guapa—. comentó con una pequeña sonrisa, aunque a Charlie pusiera lo que se pusiera se veía preciosa.— ¿Preparada para ir de compras?—. preguntó mientras le tendía la mano a su amiga como una pequeña invitación.
Adelantó unos pasos ante la tienda y luego agarrando su bolso se tomó una piruleta, regalo de una tienda por el cumpleaños de su padre, el no la quería, quedó adjudicada para ella. Una vuelta por la calle, después otra y al final se quedó pensando en el medio y medio para pensar durante un rato sobre sus cosas y como poder vivir con ellas. Un pensamiento, otro y otro, tal vez no era tan duro estar aquí, seguro que la chica arcoiris exageraba las cosas un montón y hacía sufrir a su padre más de la cuenta. Suspiró y en un momento y cuando quiso darse cuenta ya se acercaba la hora de ir hacia el sitio en cuestión, ando tres pasos despacio y con ganas de ver a su amiga, a lo lejos la vio —Que guapa—. comentó con una pequeña sonrisa, aunque a Charlie pusiera lo que se pusiera se veía preciosa.— ¿Preparada para ir de compras?—. preguntó mientras le tendía la mano a su amiga como una pequeña invitación.
Annabelle L. Strauss- Descendiente de Extranjeros.
Re: ¿Que hora es? ¡La hora de las compras! | Charlie.
Se sentía inútil, aun no sabía si su esposo iba a dejarla hacer lo que más le gusta, quizá hacer una línea de ropa no tan cara como la que tiene en algunas partes del mundo pero si algo para no siempre ver lo mismo por Holywell. No le gustaba lo de siempre, siempre le gustaba renovar y hacer cosas diferentes, aunque claro no había nada de malo en volver a lo de siempre de vez en cuando. Y hoy era un día donde sentía que el tiempo pasaba volando y ella sentía envejecer en cada segundo, correr no le había ayudado mucho y mucho menos el haber ido a la florería para comprar flores y demás para su casa. Esto le estaba matando y tarde o temprano le debía de decir a Mau sobre sus planes para aquí en Holywell. Miraba su celular y le daba el tiempo perfecto para ir a la tienda de animales para recoger las nuevas placas de Beto y Bono.
Miraba las placas de sus perros para sonreír satisfecha le habían gustado ambas y sabía que a su esposo le encantaría. Al levantar la mirada se encontró a aquella extraña melena arcoíris que Annabelle tiene y sonrió al instante para guardar en su bolsa ambas placas y río negando ante lo que la chica decía de ella. -Gracias pero tu igual andas guapa, Anna.- la alago, la chica era hermosa, cada quien lo era a su manera y Annabelle tenía aquel sello de “raro” en ella pero en el buen sentido. -Preparada para calentar la cartera.- comentó riéndose mientras tomaba el brazo de Annabelle para entrelazarlo y comenzar a caminar para poder entrar a la primera tienda.
No sabía porque razón llego a congeniar muy rápido con Jeff y Annabelle pero ambos le agradaban y sentía la necesidad de estar ahí para ellos, quizá era que se sentía lejos de casa y en verdad lo estaba. -¿Sigues buscando trabajo, Anna?- le pregunto mientras entraban al local y la mirada azulina de Charlotte se enfocaba en la mirada verde para esperar una respuesta, la verdad era que andaba dándole vueltas al asunto, si Maurice escuchaba que ya iba reclutando personas para la tienda iba dar un sí pero no sabía cómo iban a hacer las cosas por aquí pero sabía del potencial que Anna tenía y si seguí aún libre le comentaría sus planes.
Miraba las placas de sus perros para sonreír satisfecha le habían gustado ambas y sabía que a su esposo le encantaría. Al levantar la mirada se encontró a aquella extraña melena arcoíris que Annabelle tiene y sonrió al instante para guardar en su bolsa ambas placas y río negando ante lo que la chica decía de ella. -Gracias pero tu igual andas guapa, Anna.- la alago, la chica era hermosa, cada quien lo era a su manera y Annabelle tenía aquel sello de “raro” en ella pero en el buen sentido. -Preparada para calentar la cartera.- comentó riéndose mientras tomaba el brazo de Annabelle para entrelazarlo y comenzar a caminar para poder entrar a la primera tienda.
No sabía porque razón llego a congeniar muy rápido con Jeff y Annabelle pero ambos le agradaban y sentía la necesidad de estar ahí para ellos, quizá era que se sentía lejos de casa y en verdad lo estaba. -¿Sigues buscando trabajo, Anna?- le pregunto mientras entraban al local y la mirada azulina de Charlotte se enfocaba en la mirada verde para esperar una respuesta, la verdad era que andaba dándole vueltas al asunto, si Maurice escuchaba que ya iba reclutando personas para la tienda iba dar un sí pero no sabía cómo iban a hacer las cosas por aquí pero sabía del potencial que Anna tenía y si seguí aún libre le comentaría sus planes.
Charlotte Trymell- Descendiente de Extranjeros.
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