Conectarse
¿Tienes alguna duda personal? ¿Ha surgido un problema? ¿Algo no te ha quedado claro? ¡Comunicate con el staff! No tenemos problemas en ayudarte, para eso estamos.
En Holywell City, ubicada en el condado de Berkshire en Inglaterra, el cese de las frescas brisas y nevadas anuncia que el invierno ya está terminando. La primavera trae consigo un pequeño aumento de temperatura y el aumento de las lluvias.
¿Quién está en línea?
En total hay 2 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 2 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 57 durante el Jue Nov 03, 2022 8:29 am
Hombres:
Mujeres:
D. de Fundadores:
D. de Ciudadanos:
D. de Extranjeros:
Flia. Leavold:
Flia. Hansen:
Flia. Miller:
Flia. Farrimond:
I need an easy friend. I do, with an ear to lend.
2 participantes
Página 1 de 1.
I need an easy friend. I do, with an ear to lend.
Jueves por la tarde después de clases
Día lluvioso en Holywell, cómo solía ser la mayoría de los días en ese pequeña ciudad del Reino Unido con ansías de más. Temperaturas bajas que te calaban los huesos y de vez en cuando cuando exhalabas mientras caminabas por el pavimento podías ver como el vapor de agua salía de tu boca en una formación parecida al humo. Las manos de Sven se ubicaban en sus bolsillos y sus hombros ligeramente alzados mientras caminaban hacía un establecimiento con calefacción la cual era urgente en éstos momentos. En su cara había una sonrisa ligada a un gesto apacible que no sabía porqué estaba ahí en ese momento y fue volviendo la línea de su boca recta de nuevo.
Saco la mano de su abrigo hasta estirarse y terminar en una gruesa puerta de vidrio para terminar haciendo un gesto con la mano que significaba adelante mientras miraba los ojos de la chica por unos breves segundos. Los dos terminaron sentándose frente a la ventana.
Una sonriente chica de pelo rojo los atendió en un pulcro uniforme de camarera del lugar, podía destacar los hilos cosidos en su pectoral derecho con el nombre del lugar Jenkins, - Yo sólo quiero un chocolate caliente, por favor -
Sus ojos se desviaron a los de la chica sentada al frente - El frío me está matando - para proceder a soltar un bufido con su boca hacía arriba que hizo que los mechones de pelo que caían sobre su frente se repocisionaran.
Saco la mano de su abrigo hasta estirarse y terminar en una gruesa puerta de vidrio para terminar haciendo un gesto con la mano que significaba adelante mientras miraba los ojos de la chica por unos breves segundos. Los dos terminaron sentándose frente a la ventana.
Una sonriente chica de pelo rojo los atendió en un pulcro uniforme de camarera del lugar, podía destacar los hilos cosidos en su pectoral derecho con el nombre del lugar Jenkins, - Yo sólo quiero un chocolate caliente, por favor -
Sus ojos se desviaron a los de la chica sentada al frente - El frío me está matando - para proceder a soltar un bufido con su boca hacía arriba que hizo que los mechones de pelo que caían sobre su frente se repocisionaran.
Sven Hassel- Descendiente de Extranjeros.
Re: I need an easy friend. I do, with an ear to lend.
El ambiente inundado de gris que daba el cielo no planteaba un buen día. En realidad, era realmente extraño hallarse en un buen día dentro de esa ciudad, no entendía porque la lluvia se le hacía tan especial, prácticamente lidiaba con ella todo el tiempo. Caminaba con pasos cortos pero rápidos detrás del chico con cabello rubio, observando como algunas gotas clandestinas caían enredándose en sus rizos. No podía creer aún que se dirigiera hasta Jenkins con él, inclusive, aún consideraba una broma su respuesta asertiva ante la pregunta, jamás espero realmente un sí de su parte. Apenas habían cruzado palabras y aún no tenía ni la menor idea de como iniciar una conversación con él. Sabía que tenía un gusto exquisito con la literatura, disfruto verdaderamente el último libro que había dejado en su mochila hace una semana, sin embargo no solía ser la persona más sociable de mundo. Aún se preguntaba cómo había logrado reunir en suficiente valor para entregarle esa nota, en el tema de los chicos, toda su determinación pasaba a segundo plano.
Sentía como se le ponía la piel de gallina cuando el frio de la tarde comenzaba a calar por sus huesos. Entro rápidamente al local cuando Sven le hizo señas sosteniendo la pesada puerta, a la vez que se lamentaba de no haber tomado un abrigo más grueso para ese día, el ambiente se había tornado realmente infernal. Acto seguido, tomo asiento junto a la ventana observando como el chico caminaba hasta la silla de enfrente.
— Un Capuccino, por favor. — respondió cuando una mesera se acercó hasta ellos dispuesta a tomar el pedido. Siempre solía pedir lo mismo, consideraba que poco a poco estaba generándose una pequeña adicción al café, pero no pensaba cambiarla por el momento. Recorrió con su mirada todo el lugar, había una pareja a unas pocas mesas de ellos y una chica sentada en un sofá leyendo un ejemplar de El retrato de Dorian Gray en la otra esquina de la habitación.
Dirigió su mirada hasta la del rubio al escuchar su voz, tenía unos lindos ojos cafés que generaban un curioso contraste con su cabello. — Ha sido un día realmente lluvioso— dijo llevando sus ojos hasta la ventana y luego devolviéndolos hasta el—. No me sorprendería que en unas horas comenzara a nevar. — agregó. Le gustaba estudiar a las personas y Sven tenía algo que lo hacía especial, una chispa diferente que despertaba la curiosidad de Gaia. Era un chico enigmático y de pocas palabras a su parecer, de esos que nunca sabes que harán, además que aún mantenía un leve acento extranjero. Podría jurar que era ruso o de algún país del norte del continente, lo que despertaba cierta curiosidad en ella acerca de que lo había traído hasta esta problemática ciudad. Acerco sus manos hasta la diminuta vela que decoraba la mesa buscando resguardarse un poco del calor y le dedico una pequeña sonrisa.
Sentía como se le ponía la piel de gallina cuando el frio de la tarde comenzaba a calar por sus huesos. Entro rápidamente al local cuando Sven le hizo señas sosteniendo la pesada puerta, a la vez que se lamentaba de no haber tomado un abrigo más grueso para ese día, el ambiente se había tornado realmente infernal. Acto seguido, tomo asiento junto a la ventana observando como el chico caminaba hasta la silla de enfrente.
— Un Capuccino, por favor. — respondió cuando una mesera se acercó hasta ellos dispuesta a tomar el pedido. Siempre solía pedir lo mismo, consideraba que poco a poco estaba generándose una pequeña adicción al café, pero no pensaba cambiarla por el momento. Recorrió con su mirada todo el lugar, había una pareja a unas pocas mesas de ellos y una chica sentada en un sofá leyendo un ejemplar de El retrato de Dorian Gray en la otra esquina de la habitación.
Dirigió su mirada hasta la del rubio al escuchar su voz, tenía unos lindos ojos cafés que generaban un curioso contraste con su cabello. — Ha sido un día realmente lluvioso— dijo llevando sus ojos hasta la ventana y luego devolviéndolos hasta el—. No me sorprendería que en unas horas comenzara a nevar. — agregó. Le gustaba estudiar a las personas y Sven tenía algo que lo hacía especial, una chispa diferente que despertaba la curiosidad de Gaia. Era un chico enigmático y de pocas palabras a su parecer, de esos que nunca sabes que harán, además que aún mantenía un leve acento extranjero. Podría jurar que era ruso o de algún país del norte del continente, lo que despertaba cierta curiosidad en ella acerca de que lo había traído hasta esta problemática ciudad. Acerco sus manos hasta la diminuta vela que decoraba la mesa buscando resguardarse un poco del calor y le dedico una pequeña sonrisa.
Gaia M. Holland- Descendiente de Fundadores.
Re: I need an easy friend. I do, with an ear to lend.
Tres adjetivos que definiesen Jenkins, definitivamente serían cálido, acogedor y con un buen aroma a café recién molido y pastel de carne, si por el contrario le hubiesen pedido tres palabras acerca de la chica sólo hubieses contestado la primera y después se hubiese quedado absorto en sus pensamientos, hermosa. Físicamente hermosa, y por lo que había visto de ella hasta ahora intelectualmente más aún.
— Eso podría ser un problema, no pareces llevar mucho abrigo — Su mirada se desvío hacía la ventana mientras sus dedos hacían una repetición de un movimiento motriz cual si de una máquina se tratase, su dedo índice se alzaba hasta lo más alto y los demás lo seguían para terminar volver a caer pero ésta vez el meñique golpeaba primero contra la áspera mesa de caoba.
— Sabes, hay una de las tantas historias de la mitología griega en la que no dejo de pensar. Había cierto comerciante llamado Sísifo, se le consideraba el hombre más inteligente y perspicaz de la tierra, cuando llegó el momento, Tánatos el dios de la muerte sin violencia fue a buscarlo, Sísifo logró encadenarlo y retenerlo en la tierra. Así durante un tiempo, las personas a las que Tánatos se suponía que se llevase vivieron más tiempo. Ares tuvo que liberar a Tánatos de sus grilletes y así Sísifo terminó en el inframundo —
La mesera interrumpió con sus disculpas y dejó unas tazas de porcelana azul rey encima de platos del mismo color, al lado tenían galletas redondas de un tamaño grande e irregular en un plato del mismo color. Dirigió una mirada a la camarera y le sonrío por el gesto de las galletas.
— Cómo sea, seguro no te interesa — su mirada bajo hacía la vela que ardía con parsimonia de manera irregular, un lado de ella estaba más consumido que en sí que el otro, unas manos finas de facciones delicadas y de apariencia suave — Wow, tus dedos... — se quedó en silencio durante unos segundos que le parecieron muy incómodos —Son muy lindos — soltó mientras también acercaba las manos al fuego de la vela y por un mal calculo la parte exterior de sus dedos terminó en contacto con la mano de la chica.
— Eso podría ser un problema, no pareces llevar mucho abrigo — Su mirada se desvío hacía la ventana mientras sus dedos hacían una repetición de un movimiento motriz cual si de una máquina se tratase, su dedo índice se alzaba hasta lo más alto y los demás lo seguían para terminar volver a caer pero ésta vez el meñique golpeaba primero contra la áspera mesa de caoba.
— Sabes, hay una de las tantas historias de la mitología griega en la que no dejo de pensar. Había cierto comerciante llamado Sísifo, se le consideraba el hombre más inteligente y perspicaz de la tierra, cuando llegó el momento, Tánatos el dios de la muerte sin violencia fue a buscarlo, Sísifo logró encadenarlo y retenerlo en la tierra. Así durante un tiempo, las personas a las que Tánatos se suponía que se llevase vivieron más tiempo. Ares tuvo que liberar a Tánatos de sus grilletes y así Sísifo terminó en el inframundo —
La mesera interrumpió con sus disculpas y dejó unas tazas de porcelana azul rey encima de platos del mismo color, al lado tenían galletas redondas de un tamaño grande e irregular en un plato del mismo color. Dirigió una mirada a la camarera y le sonrío por el gesto de las galletas.
— Cómo sea, seguro no te interesa — su mirada bajo hacía la vela que ardía con parsimonia de manera irregular, un lado de ella estaba más consumido que en sí que el otro, unas manos finas de facciones delicadas y de apariencia suave — Wow, tus dedos... — se quedó en silencio durante unos segundos que le parecieron muy incómodos —Son muy lindos — soltó mientras también acercaba las manos al fuego de la vela y por un mal calculo la parte exterior de sus dedos terminó en contacto con la mano de la chica.
Sven Hassel- Descendiente de Extranjeros.
Re: I need an easy friend. I do, with an ear to lend.
No solía ir mucho al Jenkins, la última vez que estuvo no le traía muy buenas memorias. Pero esta vez la situación era diferente. El sol seguía en el cielo, aunque escondido detrás de las densas y grises nubes que impedían su avistamiento, y no estaba a punto de terminarle a nadie. Era un día lluvioso como aquel, pero no dejaría que un mal recuerdo terminara por dañar el momento. Se había preguntado muy seriamente, minutos antes de salir de la facultad, si sería un buen lugar, pero luego de estudiar las posibilidades comprendió nuevamente que vivía en una ciudad muy pequeña, en la que lugares como aquel eran una aguja en un pajar. Tal vez debió haberle sugerido el Book Worms o el Ice&Flavour, pero no, ya se encontraban allí y no podía imaginar un mejor escenario para esa situación.
Frunció un poco los labios a la vez que asentía ante sus palabras, estaba en lo correcto. No llevar suficiente abrigo en días como ese resultaba un gran problema, pero había pasado toda su vida en ese lugar, el frío había dejado de ser una molestia y comenzaba a convertirse en su confort. Observo el movimiento mecánico que hacía con sus dedos, para luego desviar la mirada a su cara al escuchar nuevamente su voz, deleitandose por el hermoso e inusual brillo que generaba el reflejo de la luz de la lámpara de techo sobre su cabello rubio. Podría haber jurado que estaba hecho de finas hebras de oro.
—No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible. Con esas palabras cito Albert Camus a Pindaro en su ensayo El Mito de Sisifo
— dijo después de unos segundos con la mirada fija aún en sus cabellos. Perfectamente podría no haberse dado cuenta de que su pedido ya había llegado si no hubiera notado la sonrisa que le dirigió Sven a la camarera—. Si me interesa—prosiguió—, es una historia realmente curiosa. Estar condenado el resto de tu vida a cargar una roca sobre tu espalda mientras intentas llegar a una meta prácticamente imposible ha de ser un poco trágico y exasperante. Me pregunto que hubiera pasado si se hubiera percatado que era una misión imposible de hacer, si se hubiera dado cuenta de lo absurda que era la idea y la hubiera dejado de lado.— agrego negando lo que acababa de asegurar. De seguro aún creía que era ese tipo de chicas que no le agradaba tener una conversación mitológica. Tal vez aún no la conocía lo suficiente y por eso se retractaba de sus palabras.
— Gracias.— respondió en un leve susurro ante lo que acababa de decir, esperaba que fuera un cumplido y sus agradecimientos no hubieran sido en vano. Observo atentamente como sus manos se acercaban hasta el fuego y terminaron rozando con las suyas, un frío recorrió su cuerpo causando un leve estremecimiento lleno de una rara mezcla de sensaciones. Rápidamente retiró sus manos del calor de la vela y las escondió dentro de su chaqueta resguardando un poco la temperatura— Lo... Siento— dijo casi que instintivamente segundos después.
Frunció un poco los labios a la vez que asentía ante sus palabras, estaba en lo correcto. No llevar suficiente abrigo en días como ese resultaba un gran problema, pero había pasado toda su vida en ese lugar, el frío había dejado de ser una molestia y comenzaba a convertirse en su confort. Observo el movimiento mecánico que hacía con sus dedos, para luego desviar la mirada a su cara al escuchar nuevamente su voz, deleitandose por el hermoso e inusual brillo que generaba el reflejo de la luz de la lámpara de techo sobre su cabello rubio. Podría haber jurado que estaba hecho de finas hebras de oro.
—No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible. Con esas palabras cito Albert Camus a Pindaro en su ensayo El Mito de Sisifo
— dijo después de unos segundos con la mirada fija aún en sus cabellos. Perfectamente podría no haberse dado cuenta de que su pedido ya había llegado si no hubiera notado la sonrisa que le dirigió Sven a la camarera—. Si me interesa—prosiguió—, es una historia realmente curiosa. Estar condenado el resto de tu vida a cargar una roca sobre tu espalda mientras intentas llegar a una meta prácticamente imposible ha de ser un poco trágico y exasperante. Me pregunto que hubiera pasado si se hubiera percatado que era una misión imposible de hacer, si se hubiera dado cuenta de lo absurda que era la idea y la hubiera dejado de lado.— agrego negando lo que acababa de asegurar. De seguro aún creía que era ese tipo de chicas que no le agradaba tener una conversación mitológica. Tal vez aún no la conocía lo suficiente y por eso se retractaba de sus palabras.
— Gracias.— respondió en un leve susurro ante lo que acababa de decir, esperaba que fuera un cumplido y sus agradecimientos no hubieran sido en vano. Observo atentamente como sus manos se acercaban hasta el fuego y terminaron rozando con las suyas, un frío recorrió su cuerpo causando un leve estremecimiento lleno de una rara mezcla de sensaciones. Rápidamente retiró sus manos del calor de la vela y las escondió dentro de su chaqueta resguardando un poco la temperatura— Lo... Siento— dijo casi que instintivamente segundos después.
Gaia M. Holland- Descendiente de Fundadores.
Re: I need an easy friend. I do, with an ear to lend.
— Tan sólo ponía las manos al fuego — soltó en forma de susurro casi inaudible, cómo si fuese un pensamiento involuntario en voz alta
Sus dedos se movían en forma ondulada por encima del fuego, hasta casi tocar la superficie caliente y luego volver a su posición inicial, uno por no hasta que se le acababan los dedos y volvía a comenzar
Sus ojos absortos en la llama que parecían ver algo más allá de ella, pero aún así fijos, — ¿Y no crees que así es la humanidad?, sin sentido alguno. Despertar, comer, trabajar, sufrir, dormir y repetir. Toda tu vida es una repetición constante hasta el día que mueres. Primero levantas la piedra por educación, luego por un trabajo, luego porqué tienes deudas, manutenciones, prestaciones, seguros. Hasta que llega la reproducción y perpetuación de la especie. Sigues levantando la piedra porqué tu descendencia depende de ti y luego, cuando ya no queda tiempo empiezas a ver y entender que fue todo. Ya no hay más —
Sus manos se estiraron hasta el plato floreado de color imponente para afincar sus dedos en la galleta — Y jamás soltaste la piedra. — la levantó hasta llevarla a su boca y darle un mordisco más grande de lo considerado educado, tal vez era porqué Sven siempre había sido todo, menos lo catalogado normal. Solía intentar curvar su espalda para parecer menos alto de lo que en realidad era y es que odiaba la atención fija y la imposición de reglas que en su opinión parecían absurdas.
Sus dedos se movían en forma ondulada por encima del fuego, hasta casi tocar la superficie caliente y luego volver a su posición inicial, uno por no hasta que se le acababan los dedos y volvía a comenzar
Sus ojos absortos en la llama que parecían ver algo más allá de ella, pero aún así fijos, — ¿Y no crees que así es la humanidad?, sin sentido alguno. Despertar, comer, trabajar, sufrir, dormir y repetir. Toda tu vida es una repetición constante hasta el día que mueres. Primero levantas la piedra por educación, luego por un trabajo, luego porqué tienes deudas, manutenciones, prestaciones, seguros. Hasta que llega la reproducción y perpetuación de la especie. Sigues levantando la piedra porqué tu descendencia depende de ti y luego, cuando ya no queda tiempo empiezas a ver y entender que fue todo. Ya no hay más —
Sus manos se estiraron hasta el plato floreado de color imponente para afincar sus dedos en la galleta — Y jamás soltaste la piedra. — la levantó hasta llevarla a su boca y darle un mordisco más grande de lo considerado educado, tal vez era porqué Sven siempre había sido todo, menos lo catalogado normal. Solía intentar curvar su espalda para parecer menos alto de lo que en realidad era y es que odiaba la atención fija y la imposición de reglas que en su opinión parecían absurdas.
Sven Hassel- Descendiente de Extranjeros.
Re: I need an easy friend. I do, with an ear to lend.
En cualquier otro momento no le hubiera molestado guardar sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta, pero en este momento era más un gesto de timidez antes que de frío. Por más que intentaba dejarlas dentro sentía que estas no encajaban y que debían estar fuera, sobre el fuego, junto a las de él, sintiendo como pequeños impulsos de energía recorrían su cuerpo cada vez que se tocaran accidentalmente. Sin embargo era más una tentación que una realidad, sabía que no iba a ser capaz de llevarlas nuevamente hasta la vela.
— Descuida. — susurro a la vez que observaba la pequeña danza de sus dedos y la llama. Con movimientos tan precisos y perfectos, la llama parecía querer besar sus dedos cada vez que los acercaba uno a uno juguetonamente. A veces se preguntaba como todo en el podía ser tan preciso y perfecto, a diferencia de ella que se consideraba más un desastre andante que una persona.
Su pregunta la tomo por sorpresa al principio, pero luego escucho una a una sus palabras con atención, mientras sus ojos seguían fijos en la vela como sí no hubiera más allá que su llama. — Es como una cadena que nos mantiene unidos a la existencia. Como si la vida misma dependiera de llevar esa roca en la espalda, pero somos ignorantes y la seguiremos llevando hasta que seamos viejos, estemos cansados y decepcionados de lo que somos y fuimos, y comencemos a preguntarnos qué mierda hicimos con nuestra vitalidad y juventud. Solo en ese momento comprenderemos que hemos desperdiciado nuestra vida en un trabajo que odiamos o en una vida con la que no soñábamos— respondió luego de que Sven terminó su pequeño monólogo, hizo una pequeña pausa para tomar la taza de café, agregarle dos cubos de azúcar y luego llevarla hasta su boca para saborear el delicioso amargo del café en contraste con la leche y el azúcar —. Pero después de todo, vivimos en un mundo loco y todo lo que hemos planteado suena más bizarro a nuestros oídos que a los de los demás, que consideran todo eso normal. — agrego segundos después levantando su mirada hasta su cara, detallandola una vez más como sólo ella solía hacerlo.
— Descuida. — susurro a la vez que observaba la pequeña danza de sus dedos y la llama. Con movimientos tan precisos y perfectos, la llama parecía querer besar sus dedos cada vez que los acercaba uno a uno juguetonamente. A veces se preguntaba como todo en el podía ser tan preciso y perfecto, a diferencia de ella que se consideraba más un desastre andante que una persona.
Su pregunta la tomo por sorpresa al principio, pero luego escucho una a una sus palabras con atención, mientras sus ojos seguían fijos en la vela como sí no hubiera más allá que su llama. — Es como una cadena que nos mantiene unidos a la existencia. Como si la vida misma dependiera de llevar esa roca en la espalda, pero somos ignorantes y la seguiremos llevando hasta que seamos viejos, estemos cansados y decepcionados de lo que somos y fuimos, y comencemos a preguntarnos qué mierda hicimos con nuestra vitalidad y juventud. Solo en ese momento comprenderemos que hemos desperdiciado nuestra vida en un trabajo que odiamos o en una vida con la que no soñábamos— respondió luego de que Sven terminó su pequeño monólogo, hizo una pequeña pausa para tomar la taza de café, agregarle dos cubos de azúcar y luego llevarla hasta su boca para saborear el delicioso amargo del café en contraste con la leche y el azúcar —. Pero después de todo, vivimos en un mundo loco y todo lo que hemos planteado suena más bizarro a nuestros oídos que a los de los demás, que consideran todo eso normal. — agrego segundos después levantando su mirada hasta su cara, detallandola una vez más como sólo ella solía hacerlo.
Gaia M. Holland- Descendiente de Fundadores.
Re: I need an easy friend. I do, with an ear to lend.
Una mueca apareció en su cara que denotaba descontento — Para ellos tiene tanto sentido que me desconcierta, aún así viven felices o lo que ellos consideran felicidad — de forma ascendente su perfil se alzó hasta que sus ojos se enfrascaron en el rostro de facciones delicadas que tenía al frente, que con dos azulejos grandes y brillantes ejerciendo el papel de la visión daban paso al refinamiento de un tabique delgado hasta llegar a unos pómulos no muy prominentes adornando esa cara límpida y que con forma simétrica le sacaron una sonrisa al chico de los rulos.
Su mano dejo la calidez del fuego para ir hasta su frente y con la parte baja de su palma presionada contra su frente y sus dedos surcando los espacios que dejaban los leves enroscamientos de sus cabellos cómo si sus dedos fuesen embarcaciones y el pelo el mar que se estremece y golpea los acorazados, llevo sus manos en forma lateral para apartar esos mechones de su cara y dejar una vista completa de su rostro, y es que todo el tiempo éste había estado cubierto, y después de todo, sería rudo no dejar que la chica lo viese en su totalidad.
— Has quitado tus manos del fuego cuando yo acerque las mías, y mi teoría absoluta se divide en dos — su mano se retira de su cara para terminar libres en el aire y señalarle y moverse mientras hablaba, en forma de oratoria y discursos.
— No querías que te tocase, o bien te ha dado pena y las has quitado por eso. Claro, ésto conlleva al motivo, tal vez te doy asco. Aún así poco improbable. Ya que no me hubieses invitado, una pareja actual es más adecuado para el momento. No quieres dar una mala interpretación que de pie a momentos incómodos. —
Se queda en silencio durante un rato después de dejar de articular y que sus manos dejaran los movimientos. Llevo sus dedos a la superficie de la tasa para luego sostenerla y llevarla hasta sus labios, dar un pequeño sorbo y volver a dejarla en su posición inicial.
Su mano dejo la calidez del fuego para ir hasta su frente y con la parte baja de su palma presionada contra su frente y sus dedos surcando los espacios que dejaban los leves enroscamientos de sus cabellos cómo si sus dedos fuesen embarcaciones y el pelo el mar que se estremece y golpea los acorazados, llevo sus manos en forma lateral para apartar esos mechones de su cara y dejar una vista completa de su rostro, y es que todo el tiempo éste había estado cubierto, y después de todo, sería rudo no dejar que la chica lo viese en su totalidad.
— Has quitado tus manos del fuego cuando yo acerque las mías, y mi teoría absoluta se divide en dos — su mano se retira de su cara para terminar libres en el aire y señalarle y moverse mientras hablaba, en forma de oratoria y discursos.
— No querías que te tocase, o bien te ha dado pena y las has quitado por eso. Claro, ésto conlleva al motivo, tal vez te doy asco. Aún así poco improbable. Ya que no me hubieses invitado, una pareja actual es más adecuado para el momento. No quieres dar una mala interpretación que de pie a momentos incómodos. —
Se queda en silencio durante un rato después de dejar de articular y que sus manos dejaran los movimientos. Llevo sus dedos a la superficie de la tasa para luego sostenerla y llevarla hasta sus labios, dar un pequeño sorbo y volver a dejarla en su posición inicial.
Sven Hassel- Descendiente de Extranjeros.
Re: I need an easy friend. I do, with an ear to lend.
Había algo en Sven que le impedía dejar de mirarlo. Tal vez eran sus facciones extrañas y a la vez tan masculinas y fascinantes. O solo era el irremediable hecho de que solía traerla loca desde el momento en que puso un pie en su clase de literatura. Era prescindible el porque, sin embargo allí se hallaba, frente a él tomando una taza de café, compartiendo opiniones acerca de temas de los que nadie se atrevería en ninguna clase de cita, si es que la situación era considerada como tal. Hizo un pequeño gesto de desdeño con su comentario y sostuvo la taza de café sobre la mesa entre sus manos, buscando resguardarse un poco del frío con el calor que esta emanaba.
Cuando sintió la mirada del chico sobre ella enseguida retiro la suya, por nada del mundo debía percatarse de la forma en que lo detallaba, podría pasar fácilmente por obsesiva y lo que menos deseaba era espantarlo. Se sentía tan a gusto con su compañía, sus preguntas que la hacían dudar y con el pequeño impulso de nerviosismo que la recorría cada vez que sentía que la miraba. Era la primera persona que lograba hacerla sentir tan cómoda y nerviosa a la vez, lo que le hacía ganar y restar puntos como si fuera un juego de dados aleatorio.
Sus palabras la tomaron por sorpresa, en el fondo tenía la esperanza de que fuera un detalle pasado de no recordar jamás, pero se había equivocado, al parecer no pasaría por alto su pequeño acto de timidez. Se aferro más a su taza mientras reunía las palabras adecuadas para su respuesta y negaba suavemente con su cabeza ante sus dos teorías.
— Está claro que no te tengo asco, utilizaría esa palabra para describir a humanidad, entre otros, pero tú no entraría en ese listado de cosas que consideraría asquerosas— hizo una pequeña pausa —. Digo, no me das asco, para nada. Tampoco es que no quisiera que me tocases, pero… ¿No lo has sentido? Es ese frío estremecedor recorriendo tu cuerpo —. Dijo para luego morder su labio inferior intentando controlar que de su boca no salieran más frases que le hicieran meter la pata, otra vez — Olvídalo, creo que es solo el frío. Me ha hecho algo de daño.—. Susurro esto último mientras en su mente se repetía una y otra vez "Felicidades Gaia, has logrado hacer nuevamente algo estúpido". Aveces no sabía ni siquiera para que hablaba.
Cuando sintió la mirada del chico sobre ella enseguida retiro la suya, por nada del mundo debía percatarse de la forma en que lo detallaba, podría pasar fácilmente por obsesiva y lo que menos deseaba era espantarlo. Se sentía tan a gusto con su compañía, sus preguntas que la hacían dudar y con el pequeño impulso de nerviosismo que la recorría cada vez que sentía que la miraba. Era la primera persona que lograba hacerla sentir tan cómoda y nerviosa a la vez, lo que le hacía ganar y restar puntos como si fuera un juego de dados aleatorio.
Sus palabras la tomaron por sorpresa, en el fondo tenía la esperanza de que fuera un detalle pasado de no recordar jamás, pero se había equivocado, al parecer no pasaría por alto su pequeño acto de timidez. Se aferro más a su taza mientras reunía las palabras adecuadas para su respuesta y negaba suavemente con su cabeza ante sus dos teorías.
— Está claro que no te tengo asco, utilizaría esa palabra para describir a humanidad, entre otros, pero tú no entraría en ese listado de cosas que consideraría asquerosas— hizo una pequeña pausa —. Digo, no me das asco, para nada. Tampoco es que no quisiera que me tocases, pero… ¿No lo has sentido? Es ese frío estremecedor recorriendo tu cuerpo —. Dijo para luego morder su labio inferior intentando controlar que de su boca no salieran más frases que le hicieran meter la pata, otra vez — Olvídalo, creo que es solo el frío. Me ha hecho algo de daño.—. Susurro esto último mientras en su mente se repetía una y otra vez "Felicidades Gaia, has logrado hacer nuevamente algo estúpido". Aveces no sabía ni siquiera para que hablaba.
Gaia M. Holland- Descendiente de Fundadores.
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.