Tonight can we be free to be who we really are?

Detesta a su dentista, ¿así o más simple? Le da la impresión de que todo el tiempo intenta entrometerse en su vida, especialmente cuando Wes está con la boca abierta y decir algo entendible es misión imposible. Ve a Phillip como a un miserable traidor de su propia sangre, es decir, ¿quién en su sano juicio apoya a los Leavold siendo un Hansen? Sencillamente, un desperdicio de descendencia. Desconfía de él, con ese aire tan despreocupado y con su aspecto de hippie afeitado que vende drogas. Es más, cuando Wesley está en su consultorio mira alrededor constantemente, buscando algo de evidencia que respalde su teoría de que es un narcotraficante refugiándose como dentista. Todo el tiempo lo está picando, haciendo comentarios mordaces y llamándolo "doctor Maxwell", pues sabe que le molesta. Después de todo, Pip intenta meterse en su vida y eso a Wes le molesta, así que ojo por ojo y diente por diente.

Dr. Maxwell

Se conocieron cuando Wes tenía dieciocho años y cursaba su último año de instituto, mientras que Otis recién iniciaba el bachillerato. A Wes a veces le daba por dormir en las gradas en lugar de correr cuando el profesor de educación física les daba la orden. ¿Adivinan el resultado? Muchos llamados de atención y citas para hablar con sus padres. ¿Adivinan quién era hijo del profesor? Tras negociar durante unos minutos, los padres de Wes y el padre de Otis llegaron al acuerdo de que el primero le ayudaría al segundo con matemáticas a cambio de que se le retirasen los llamados de atención que le impedirían un buen ingreso a la Universidad. Así empezó, con Wes yendo dos o tres veces por semana a la casa de Otis para ayudarle con sus tareas o a estudiar. Pero no terminó junto con el instituto de Wes, porque incluso después de terminar sus estudios allí lo siguieron llamando para que ayudase a Otis, con la variante de que, como los llamados de atención ya no valían, le pagarían por ser una especie de tutor del chico. Así que por eso es que ahora se dedica a hacerle las tareas del taller de arte, al que, por algún desgraciado motivo desconocido para Wes, Otis se inscribió en su último año. No es que Wes sea un gran pintor, de hecho se le da bastante mal el arte en ese sentido, mas es mejor que Otis, así que los Fitzgerald le pagan por echarle una mano. ¿Y cómo es la relación? Bueno, se llevan bien, aunque más de una vez Wes ha tenido ganas de ahorcar al chico. Se divierten juntos, lo cual no significa que Otis sería su primera opción para salir de fiesta; no, antes están sus amigos, sus compañeros de Universidad y cien personas más, porque después de todo el chico es el hijo de los vecinos, otro conocido cualquiera. Y sí, tiene que admitirlo, los ojos se le llenan de odio cuando a último momento le avisa que tiene que entregar un trabajo al día siguiente. ¿Le descontarán algo de la paga si lo golpea?

Otis Fitzgerald

Durante varios años -todo lo que dura el instituto- Wes vivió sin saber quién era la chica que se sentaba a unos bancos de él en el salón. Incluso ni sabía que era una chica, tal atención le prestaba. Él sólo tenía ojos y oídos para sus amigos y para aquellos que le hablaban, y como con ella no se daba ni una ni la otra... Todo cambió cuando uno de su grupo le hizo ver que Maggie lo miraba, lo cual provocó varias situaciones incómodas para Wes. Comenzó a notarlo poco a poco; primero fue la mirada furtiva en clases, Wes se dio vuelta con toda la discreción que pudo y la vio con sus ojos puestos en él, lo que generó que se pusiera nervioso y apartara la vista rápidamente. Luego fueron los encontronazos en los pasillos; él la veía irse y le daban ganas de irse en la dirección contraria de lo raro que se sentía. Sin embargo, había algo ahí que le fascinaba y le hacía sonreír como un idiota, tal vez sentir que se le aceleraba el pulso cuando se fijaba en ella y la descubría escondida o apartando la mirada. No, no era amor ni nada de eso, era saber que alguien se fijaba en él. Después de un tiempo, la historia dio un pequeño giro más. Wes ya no la miraba en clases sólo para ver su reacción, ni esperaba encontrarla en los pasillos para verla dar la vuelta; él, de hecho, albergaba esperanzas, ilusiones con respecto a ella. ¿De qué? No lo sabe exactamente, invitarla a salir, hablarle, escucharla reír, cualquier cosa era válida. La universidad llegó más pronto de lo que esperaba, con lo que de repente dejó de verla. La buscó y la buscó, ya dispuesto a encarar la situación de una vez por todas y dar muerte a los ¿qué habría pasado si...?, mas no la encontró por ninguna parte. Dio por supuesto que Maggie había decidido no estudiar y dejó el asunto allí, sin concluir. No la volvió a buscar, porque frustrarse dos veces por lo mismo le sonaba algo masoquista. ¿Y ahora? Bueno, si la cruza en la calle la saluda -si es que la nota- como a una vieja amiga, pero nada más, con el tiempo los sentimientos se olvidaron y se apagaron, aunque aún hay días en los que piensa en ella con el cariño que le tuvo los últimos meses de instituto.

Maggie Blythe

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NOMBRE DEL PERSONAJE